No hay que ser muy entendido para saber que el peruano gastará más este 2018. Basta ir al quiosco del barrio para darnos cuenta de que ya se agotaron los álbumes y figuritas del Mundial de Fútbol. Mariano Rabanal, director de Consumer Electronics de LG Perú, estima que sólo en la semana previa al torneo se venderán 60 mil televisores en el país y durante toda la campaña 1,7 millones.
Pero lo que me preocupó un poco fue la algarabía por el consumo. Claro, es entendible si pensamos que mientras más consumo hay más activación de la economía. Sin embargo, una cifra me dejó pensando. La población entre 20 y 39 años suman unos 11 millones. Es decir, la llamada Generación Millennials son y serán los nuevos consumidores y consumidoras en los próximos 30 años.
¿Cuál es el problema me dirán? Si es un grupo considerable de consumidores y consumidoras. Sí claro. Sólo que sus costumbres de consumo no son las mismas respecto a las anteriores generaciones. Tienen sus propias características, necesidades y demandas. Y si las empresas no empiezan a entender a este grupo de hombres y mujeres ahora, probablemente no podrán recuperarlos como clientes luego.
¿Cómo son estos consumidores?
Dominan la tecnología como una prolongación de su cuerpo. Casi todas sus relaciones se hacen a través de la pantalla. No ven televisión, pero sí internet. Por ello, la publicidad clásica no llega a ellos. Conversé con 10 chicos y chicas entre 19 y 23 años. No ven televisión. Se informan mediante webs y twitter, y la publicidad que encuentran en sus redes sociales son productos segmentados para su grupo.
Utilizan diferentes elementos digitales y no pueden estar quietos. Necesitan hacer varias cosas a la vez. Según ellos y ellas, en promedio, dedican alrededor de siete horas a conectarse. Valeria Mejía (19), estudiante y practicante de comunicaciones, edita en una PC mientras coordina por whatssap un programa en vivo. No te mira pero te está dando indicaciones de trabajo.
Alejandra Garboza es editora de Código. Su computadora tiene diez pestañas abiertas. Al mismo tiempo escribe dos notas, visiona un video mientras sube otro, revisa el avance de la revista y en paralelo corta un audio. A pesar de todo ello responde mis preguntas.
Otra característica del millennial es su teléfono oficina. Según Telefónica Global Millennial Survey 2014, un 78% de los millennials en Latinoamérica posee un móvil, un 37% tablet, y un 70% laptop. Para este grupo estos dispositivos son una forma de socialización, trabajo y ocio. El 45% admite que no podría estar un solo día sin su smartphone. Así lo confirma sonrojada Valeria Mejía: “No puedo despegarme de mi bebé”.
La demanda de los millennials generó que Appstore registre a nivel mundial 5 millones de descargas de aplicaciones diarias. Este indicador es una herramienta de venta que permite mejorar la experiencia de compra. Mis 10 millennials bajan al mes por lo menos tres aplicaciones.
De acuerdo con Estudios de Clientes Dataimagenes, en el Perú el 92% cuenta con una red social y un tercio ha comprado alguna vez a través de internet. Como consumidores son activos y antes de comprar buscan y escuchan opiniones, generan y comparten contenidos. Si la experiencia con una empresa o servicios es positiva suelen compartirla y recomendarla, y se fían más de la opinión de sus amistades que de la emitida por las propias marcas para tomar decisiones de compra.
Si bien pueden invertir en tecnología, su costumbres de gasto en otros productos es más práctico. A diferencia de la generación X, los y las millennials no pagan por la sensación de un buen jugo, sólo quieren matar la sed. Por ello hay productos especiales destinados a ellos. Por ejemplo, el refresco Tampico. En cuanto a ropa suelen comprar calidad y marca, pero económica. Así HyM es su preferida o las Stan Smith, una de las ramas más económicas de Adidas. Claudia Sarmiento (21), profesora de inglés en EuroIdiomas, GianCArlo Cortellezzi (23), editor de TV Perú, y los estudiantes Jair García (19) y Diego Semorile (22) coinciden en decir que compraban en bodegas o grandes almacenes. Ellos suelen adquirir lo necesario a precios justos.
Deloitte afirma que 6 de cada 10 millennials dejarán su trabajo en 2020. La falta de desarrollo en capacidades de liderazgo y su percepción de ser ignorados los llevan a cambiar de carrera. Por ello, la mayoría opta por ser freelance.
Son libres e independientes, pero sobre todo quieren sentirse protagonistas. Sus detractores los ven como egoístas e indiferentes. Pero valoran la participación y la colaboración, prefieren compartir a poseer y exigen nuevos valores como la transparencia, la sostenibilidad y el compromiso social.
Algunas empresas ya están captando el mensaje. Por ejemplo, el regreso de las botellas retornables para evitar la utilización de tanto plástico es un inicio. Otras empresas se atreverán a navegar por el cuidado del medio ambiente y calidad a precio justo. ¿Ustedes qué creen?