¿Sabemos qué es un espacio público? ¿Cómo funciona? ¿Que es de todos y propiedad de nadie? Aquí un concepto.
Vía pública: bien destinado al uso de todas las personas. Es un espacio común que le pertenece a todos y no a un privado o a un grupo de personas.
Según el Tribunal Constitucional, a excepción de los ámbitos de dominio privado, todo espacio que el Estado haya construido para que las personas puedan desplazarse libremente pueden considerarse vías de tránsito público.
Entonces, por qué debo estacionar mi auto donde un señor con chaleco despintado me indica, según su conveniencia, y luego pagarle. Cabe señalar que el espacio brindado no es privado sino público. Ay de mí si no le doy unos cuantos soles. Llanta baja o raspón seguro.
A ello se suma que no puedo estacionar frente a la casa del vecino porque piensa que ese espacio le pertenece sólo porque está frente a su casa y decidió ponerle una cadena. Lo mismo sucedió con el dueño de la ferretería de al lado. Él carga y descarga mercadería. Por tanto, necesita “su espacio” libre.
Aquí hago un alto para recordar:
La restricción a estas vías solo puede establecerla una autoridad competente, es decir, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, municipalidades provinciales y distritales, la Policía Nacional del Perú, Sutran o Indecopi. Por tanto, si un tercero se atribuye las funciones de una autoridad pública, comete el delito de usurpación de función pública, que tiene una pena que va de cuatro a siete años. De acuerdo con el artículo 361 del Código Penal, comete este delito quien "sin título o nombramiento usurpa una función pública o la facultad de dar órdenes militares o policiales".
Más claro imposible. El tema es que nadie la hace cumplir. ¿Dónde están las municipalidades o la Policía?
Lo concreto es que cada día llego al trabajo y peleo con Leo, porque no quiero contribuir a la mafia de los parqueadores. Según una investigación del diario El Comercio, pueden llegar a ganar al mes hasta 6 mil soles explotando el bien público.
Pero tampoco puedo molestarme mucho porque debo reconocer que no existe un derecho a estacionar. Es decir, el hecho de tener un auto no significa que el Estado esté obligado a darme un espacio para estacionar. Y ese es un tema que muchos aún no logramos entender cuando pedimos estacionamiento gratuito. Deberíamos ir a un estacionamiento privado y pagar por él. Aunque suene duro y caro.
Oscar Súmar, especialista en temas regulatorios, derecho de la competencia y consumidor, dice: “Por qué el Estado tendría que darnos la posibilidad de estacionarnos, si esa es parte de una actividad empresarial? Lo que sucede es que se ha creado un círculo vicioso. Para una empresa no tiene sentido crear estacionamientos si afuera existe competencia desleal. Primero habría que ordenar y fiscalizar la actividad. Luego debería trabajarse la cultura. No se trata de que estaciones donde quieras. El Estado no está obligado a darte un espacio para tu auto”.
De acuerdo con el Plan Estratégico nacional de Seguridad Vial 2017-2021, en solo siete años, el parque automotor del Perú sufrió un incremento indiscriminado: pasó de tener 2 millones 286 mil vehículos, en el 2009, a 5 millones 244 mil, en el 2015. Esta cifra se duplicó, sobre todo, por la entrada al país de una mayor cantidad de motocicletas, mototaxis y camionetas rurales (combis y minivanes).
A eso se suma un estudio de la ONG Luz Ámbar: existe un déficit de 45.000 estacionamientos en Lima.
¿Qué queremos ser? ¿ una población que utilice transporte privado o que utilice más el transporte público?
“El uso de un carro en Perú es un privilegio. Como Estado no quiero incentivar el uso de autos privados. Si yo agrando pistas, estoy incentivando a ello. Como politicas de Estado yo no quiero privilegiar autos sino el uso de transporte público, de espacios públicos”, indica Súmar.
La Nueva Agenda Urbana, firmada por los países de la ONU, incluido el Perú, en Hábitat 2016, establece que debe haber un “uso equitativo de los recursos que brinda la ciudad”. Pero nuestros parlamentarios parecen no tener la más mínima idea sobre políticas públicas y de lo que firmamos.
A pesar de que todos los expertos coinciden en que Lima necesita buscar medios de transporte alternativos al auto privado y dejar de incentivar el uso de vehículos particulares,el Congreso impulsa una ley que establece que el servicio de estacionamiento no tenga costo, siempre que el consumidor acredite un consumo mínimo en el centro comercial.
Lo que no saben es que el precio del estacionamiento, los empresarios lo sumarán a los productos que todos compramos (incluidos aquellos que no lleven autos).
No es broma. Promover el uso de medios alternativos a los autos privados es importante porque así se reduce la contaminación, el tráfico, el estrés, las mafias de los parqueadores y el desorden de una ciudad que crece sin control.